Las marcas no se construyen solo desde el marketing.
 Cada llamada, cada email, cada reunión de ventas y cada interacción de servicio al cliente son pequeñas historias que la empresa cuenta al mundo. Su forma personal de usar el storytelling.

Y es que los equipos que cuentan historias (storytelling) generan marcas que dejan huella

Cuando los equipos no han sido entrenados en storytelling estratégico, esas historias se vuelven incoherentes, dispersas o contradictorias.
 Y el precio lo paga la reputación de la marca (además del cliente).

El storytelling organizacional como ventaja competitiva

El storytelling no es un lujo de marketing, es una herramienta transversal que convierte a cada integrante de un equipo en portavoz coherente de la marca.

Cuando un comercial, un técnico o un directivo cuentan historias alineadas, la marca proyecta confianza y solidez. 
Cuando cada uno improvisa su propio relato, la marca pierde credibilidad.

Airbnb como claro caso de ejemplo

Airbnb entrena a todos sus equipos para transmitir un mismo relato: “Sentirse en casa en cualquier lugar del mundo”.

No importa si hablas con un ingeniero, un agente de soporte o un community manager: todos cuentan la misma historia.
 Esa coherencia narrativa no surge sola. Es el resultado de formaciones internas en storytelling organizacional.

Beneficios estratégicos de entrenar a los equipos en storytelling

Cuando una empresa entrena a sus equipos en storytelling estratégico, no está invirtiendo en un curso de comunicación. Está construyendo una cultura compartida de coherencia, motivación y reputación que se percibe desde dentro y se proyecta hacia fuera.

El relato deja de ser propiedad del departamento de marketing para convertirse en un lenguaje común de toda la organización. Y ahí es donde ocurre la verdadera transformación.

1. Coherencia interna → todos los empleados cuentan la misma historia.

La coherencia es el nuevo lujo corporativo. En un mundo saturado de mensajes, las empresas que consiguen que todos sus equipos comuniquen en una misma dirección son las que generan confianza duradera.

Cuando un cliente recibe el mismo mensaje en tono, valores y experiencia, desde atención al cliente, redes sociales o ventas, se refuerza la credibilidad de la marca.

Ejemplo: En Airbnb, desde el CEO hasta el último agente de soporte comparten la misma historia: “belong anywhere” (“pertenece en cualquier lugar del mundo”).

Esa frase no se queda en el eslogan; guía cómo se responde a una queja, cómo se escribe un correo o cómo se diseñan las campañas globales.

Entrenar a los equipos en storytelling es lo que convierte una frase corporativa en una narrativa vivida.

Una empresa sin coherencia narrativa es una orquesta sin partitura: cada uno toca, pero nadie emociona. – Elia Guardiola –

2. Mayor motivación → los equipos se sienten parte de un propósito común.

Las personas no se comprometen con objetivos abstractos. Se comprometen con historias que les hacen sentir parte de algo más grande.

Cuando un equipo comprende el propósito que hay detrás de su trabajo y sabe contarlo, cambia su nivel de implicación. Ya no “trabajan para la empresa”, sino “forman parte de su relato”.

Ejemplo: En LEGO, cada empleado conoce la historia fundacional: un carpintero que empezó haciendo juguetes de madera para estimular la creatividad infantil.

Ese relato de origen no solo se cuenta en vídeos corporativos, se vive en las oficinas, en el lenguaje interno y en la forma en que los equipos innovan.

La motivación no nace del control, sino de la conexión emocional. Y el storytelling es la herramienta que la genera.

Cuando el relato interno conecta con los valores de las personas, el compromiso se vuelve natural. – Elia Guardiola –

3. Experiencia del cliente diferencial → cada punto de contacto refuerza la confianza.

Cada conversación, cada email, cada interacción es una oportunidad de contar la historia de la marca. Cuando los equipos están formados en storytelling, cada contacto se convierte en una experiencia coherente y significativa.

Ejemplo: Apple no vende tecnología, vende una experiencia basada en la simplicidad y la creatividad. Por eso sus equipos, desde un empleado en tienda hasta un ingeniero de software, saben narrar esa filosofía en su manera de hablar, diseñar o resolver incidencias.

Cada interacción refuerza la historia de la marca: la de una empresa que piensa diferente y pone la experiencia del usuario en el centro.

El storytelling no solo vende más, fideliza mejor. Porque los clientes no recuerdan datos, recuerdan cómo los hiciste sentir.

Los clientes no compran productos: compran la historia que sienten cuando interactúan contigo. El storytelling no solo vende, fideliza, porque una historia coherente se recuerda más que una promoción. – Elia Guardiola –

4. Employer branding más fuerte → atraes talento que quiere pertenecer a una historia clara.

Hoy el talento no busca solo un salario o un puesto estable. Busca una historia en la que creer y con la que identificarse. El employer branding se ha convertido en storytelling de marca interna: lo que cuentas, cómo lo vives y cómo lo proyectas.

Ejemplo: HubSpot, la empresa de software de marketing, basa su estrategia de atracción de talento en su relato de “crecer mejor” (“grow better”). Su storytelling no se limita a la captación de clientes; impregna su cultura de trabajo, sus comunicaciones y hasta su política de flexibilidad laboral.

El resultado: más de 80% de satisfacción en sus equipos y una comunidad global de embajadores de marca.

Cuando tu empresa cuenta una historia potente, el talento te busca antes de que tú salgas a buscarlo.

El employer branding es el storytelling interno que inspira a quedarse y a recomendarte. La historia que cuentas hacia fuera empieza con la historia que vive tu equipo desde dentro. – Elia Guardiola –

5. Reputación corporativa sólida → una narrativa coherente se convierte en ventaja competitiva.

En un mundo donde la confianza es el nuevo valor bursátil, una marca coherente gana en cada mercado. Las empresas que cuentan y viven una historia consistente proyectan autoridad, transparencia y propósito, tres pilares de la reputación contemporánea.

Ejemplo: Patagonia ha construido su reputación no solo con productos de calidad, sino con un relato ético y coherente. Su storytelling es acción: reciclan materiales, donan beneficios, promueven activismo ambiental.

Esa narrativa coherente se ha convertido en su ventaja competitiva más poderosa.

Cuando una empresa consigue que sus equipos comuniquen, actúen y decidan en coherencia con su historia, deja de competir por precio: compite por confianza.

La reputación no se compra, se narra con coherencia y se confirma con hechos. Las marcas que viven su relato no necesitan defender su reputación: la proyectan. – Elia Guardiola –

Caso aplicado: Ikea

El relato de Ikea no es solo vender muebles. Es “democratizar el diseño”.
Desde el catálogo hasta el dependiente de tienda, todos cuentan la misma historia.
La coherencia en cada interacción es lo que hace que los clientes perciban la marca como auténtica.

La marca no es lo que dice la empresa.
 La marca es lo que sus equipos cuentan y hacen sentir en cada interacción.

Para ir terminando…

Las empresas que perduran no son las que más gritan en campañas, sino las que consiguen que toda la organización cuente una misma historia.
 Porque en un mundo repleto de mensajes, la coherencia narrativa es el activo más valioso.

Formar a los equipos en storytelling no es una acción cosmética, es una estrategia empresarial integral. Porque cuando las personas comprenden, creen y comunican la historia de la empresa, la organización se convierte en una marca viva, coherente y humana.

Y eso, en el mundo actual, vale más que cualquier presupuesto publicitario.

¿Tus equipos cuentan historias alineadas que sumen valor a tu marca y diferenciación o cada interacción transmite mensajes desordenados que restan confianza?

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¿Hablamos?

www.eliaguardiola.com

hola@eliaguardiola.com

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