Maldita inseguridad la nuestra.
Esa vulnerabilidad que nos hace más humanos.
Esa fragilidad que congoja y acaricia el pánico a partes iguales.
Esa incertidumbre que nos paraliza.
Ese desasosiego que nos jode la existencia por el miedo al futuro incierto de las acciones que aún están por llegar. ?
Bienvenidas las dudas de la coexistencia.
Sí, benditas dudas… ?
Míralas con el cariño que merecen por haberte impulsado a pensar.
Con ese agradecimiento de la intuición que no suele fallar.
Con esa gratitud por haberte hecho cavilar el futuro incierto que aún no llega…
… y tal vez ellas logren cambiarlo de rumbo.
Un rumbo esbozado en tu mente inconsciente.
Hasta que no es, porque sí.
Porque sí es.
Porque has hecho que sea. ?
Sí, benditas dudas que te han hecho reaccionar ante las circunstancias de tu propia realidad.
Créeme, a las dudas hay que escucharlas.
Siempre aparecen por alguna razón de peso. ?
Y sí…
“Y SÍ…” del verbo, “Llenar los recuerdos y la vida de oportunidades perdidas.” ?
Así de simple.
Así de jodido.
Así tú….
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