Arranco fuerte. Hoy te confieso algo que pocas personas admiten, pero que es un a realidad para todos. En cada conferencia a la que voy, no importa cuántas diapositivas haya ni cuántos datos muestres… Si no me haces sentir algo, no te voy a recordar.
Y así somos todos sin excepción. Pensarás que soy algo radical, pero aunque suene duro, recuerda que somos seres más emocionales que racionales. Así que piensa que la razón puede convencernos, pero la emoción nos mueve y nos hace accionar.
Por eso, dominar la oratoria emocional es la clave para convertir cualquier charla en un momento de impacto y que impacte, inspire y se quede en la memoria de quienes te escuchan.
¿Por qué importa tanto la oratoria emocional?
Te doy tres razones, aunque hay muchas más.
- Porque la emoción crea conexión. La gente conecta con historias y con personas, no con PowerPoints.
- Porque es el pegamento de la atención. Cuando tocas emociones, mantienes a tu audiencia enganchada, incluso en temas técnicos.
- Porque la gente no recuerda las diapositivas, recuerda cómo la hiciste sentir. Las diapositivas deben ser solo un punto de apoyo.
Claves para dominar la oratoria emocional
- Empieza con una historia real o una pregunta poderosa
Nada engancha más rápido que un relato cercano o una pregunta que remueva por dentro. Sobre todo si se genera acoplamiento neuronal, es decir, que las personas que te escuchen, trasladen lo que están escuchando a sus propias experiencias.
Por ejemplo: “¿Alguna vez has sentido que tu historia no importaba?”. - Usa la voz como instrumento
La emoción no solo está en las palabras. También está en el tono, el ritmo y las pausas. Una pausa a tiempo puede ser más poderosa que cualquier frase épica. Además, las pausas ayudan a evitar las muletillas. - Domina el lenguaje corporal
Tus gestos, tu postura y tu mirada son parte del mensaje emocional. Abre tu cuerpo, no te escondas detrás de un atril.
Eso sí, que tus gestos y movimientos vayan acorde a aquello que estás contando en cada momento. - Muestra vulnerabilidad de la buena, no de la de dar pena
La gente conecta con personas reales, no con superhéroes de Marvel. Compartir un fracaso o una duda puede acercarte más que mil éxitos.
Pero recuerda que mostrarte vulnerable no es sinónimo de querer dar pena con todos los traumas y dramas de tu vida. Para eso hay psicólogos y terapeutas maravillosos.
Controla la verborrea y mide el grado de emocionalidad y desnudez de tu historia personal. - Diseña tu contenido con intención emocional
Cada parte de tu charla debe tener un objetivo emocional: informar, sorprender, inspirar, retar, empatizar, educar, motivar…
Errores comunes que apagan la emoción en una conferencia
❌ Llenarla de datos sin contexto emocional. Los datos son importantes, pero sin una historia o un impacto emocional, se convierten en ruido.
❌ Sonar como un robot
. Recitar sin personalidad es el camino más corto a perder la atención de tu audiencia. Habla con naturalidad, como lo harías con un amigo (bueno, obviamente depende del público que tengas y del tema que estés abordando. No te pases con la confianza si el público no es parte de ello).
❌ No adaptarte a la audiencia.
No todas las emociones funcionan igual para todos los públicos. Conoce a quién tienes delante y adapta tu tono y ejemplos.
Una de las cosas que a mí me funciona es preguntar a la organización del evento por el tipo de público que va a ir. Y cuando es un número de personas más reducido, y no 4.000 personas como las que he llegado a tener en una sala, entonces les pido que me digan algunas de las empresas que van para poder indagar más sobre ellas.
Ejemplos reales de oratoria emocional en acción
✅ Brené Brown
Sus charlas sobre vulnerabilidad tocan fibras porque ella misma se muestra real, sin postureo, pero sin dar pena.
✅ Simon Sinek
No se limita a explicar teorías. Cuenta historias y usa preguntas que despiertan curiosidad y ganas de actuar.
Estrategia rápida y práctica para tu próxima conferencia
- Prepara tu historia central
¿Qué emoción quieres despertar? ¿Qué anécdota personal o ejemplo real puede ilustrarla? ¿Qué idea central debería retener tu público? - Ensaya el ritmo y la voz
Usa pausas para que la audiencia asimile los mensajes clave y los procese. Yo lo hago siempre después de una frase “subliminal” o un dato importante.
Varía el tono según el momento emocional que quieras provocar. Si hablas siempre con el mismo tono, te garantizo que la audiencia va a desconectar. A nadie le gusta escuchar 30 o 45 minutos de conferencia plana, por muy bueno que sea el contenido o el tema que estás contando. - Mide las reacciones
Observa a tu audiencia. A mí personalmente me gusta que en las salas haya un poco de luz para poder observar las reacciones de la gente cuando hablo. Me permite improvisar en algunos momentos o direccionar la charla.
Observa: ¿están conectados? ¿ríen, asienten, se emocionan, no levantan la cabeza con el móvil en la mano, se levantan? Ajusta sobre la marcha si es necesario.
Para ir cerrando…
La oratoria emocional no es un “extra” para hacer un discurso o conferencia bonita. Es la diferencia entre una charla que se olvida al salir (a veces incluso antes)… y un mensaje que capta la atención, la retiene, impacta y queda en la memoria.
Recuerda que las personas no solo escuchan con los oídos, escuchan con el alma.
¿Cuál ha sido la conferencia que más te ha impactado emocionalmente?
Por cierto, SPOILER: La oratoria emocional se puede aprender, y me encantaría ayudarte este mes de noviembre en STORYLAB (solo 20 plazas… y 7 ya están cubiertas)