Entendí que sin ti, sigo siendo. Pero prefiero un ‘contigo’

Entendí que sin ti, sigo siendo. Pero prefiero un “contigo.”

El mejor maquillaje se llama amor propio.
Sí, esa autoestima que solemos guardar en el baúl de los recuerdos.
Escondiéndola del qué dirán.
Apagando la esencia ajena… y la propia.

Malnutriendo el talento innato de quien no se cree su inherente existencia.
Como si allí dentro fuese útil para alguna ocasión… si nos acordamos de ello.
Y no, así no.

Qué manía esa, guardarnos el amor propio por si acaso no se entiende.
Por si acaso se malinterpreta con soberbia.
Por si acaso se confunde con arrogancia mal comprendida, mal expresada, mal sugerida, mal traducida…
Y no, así tampoco.

De los ‘porsiacasos’ uno no vive, solo sobrevive.
Y sobrevivir no es vivir.
Es morir en vida.
Sí, créeme, de los ‘y si…’ se muere en vida.
Y si lo hubiera hecho…
Y si hubiera ido…
Y si le hubiera llamado…
Y si se lo hubiera dicho…
Y si… FIN, porque ya llegaste tarde para todo.
Y para ti, aunque te joda leerlo.
Aunque te duela sentirlo.

Lo entendimos mal. Lo entendimos del revés.
Sí, por el lado que no toca.
Debes vestir tu autoestima por montera.
No lo olvides.
No TE olvides.
Le guste a quien le guste.
Pese a quien le pese.
Le joda a quien le joda.

Recuerda que son tus decisiones, no las suyas.
Tus sueños, no los suyos.
Tu vida, no la suya.
Tu existencia, no la de ellos.
Tus oportunidades, no las de otros.
TÚ.
Y PUNTO.

Sí, por fin entendí que sin ti, sigo siendo.
Pero el Universo conspiró para que prefiriera un “contigo”… siendo así un excelso y vehemente “conmigo”.

[texto extendido añadido posteriormente]
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